(12/02/2013)
Ayer por la noche, tenia 13 años, con la rebeldía como
sombrero, la inconformidad de una talla justa en los zapatos de niña que ya me
apretaban, me dirigí mandando un mundo inaceptable, brutal, ingenuo por la
coladera sin tapa en una calle hecha de asfalto, adornada por las paredes de
cantera rosa, del centro de Morelia, ahí, ahí aventé por primera y ultima vez
una infancia que no quiso perdonar después, el despojo que nacía con mi paso,
decidida a no volver, mi boca pronuncio: “Adiós Casa de Mamá”, sin saber que
era libertad, confirmo hoy, que no era libertad, pero ah, como se parecía, al
ritmo de mis pasos la luna alumbraba más esa noche , tarareando ninguna
canción, perseguía sueños inconclusos, sin definir, recién nacidos, al pasar
las horas, la noche se hacia más larga, las calles más vacías, llenas de faros
y una Paloma inexperta en la vagues, mientras pasaban las horas, pasaban mis
miedos, pero también pasaba la dificultad de sobrevivir en la calle, a mi paso
fui, sin miedo y observando “la ingenua, vida nueva”, iba dar vuelta en la av. madero,
pero di vuelta en calle Morelos, me llamo la atención las 4am y que hayan
dejado los habitantes de esa casa vieja pero hermosa, un sillón viejo, cajas
con sus cosas, lámparas sin focos, un cuadro al oleo roto (estos fulanos,
tirando cosas de su casa, quizá ya no tienen casa, como yo, dejaron sus cosas
por que no sabían a donde llevarlas, pensé…) la curiosidad y el sin que hacer,
me llevaron a hurgar entre cajas abandonadas, pese al asco que me daban las
cucarachas, me valió y seguí hurgando, me aburrí, pero todo era un tesoro en
ese momento, saque un disco rayado, pensando en lo afortunada que era, ya que
solo cargaba mi libreta, que siempre cargo, un discman y un disco tocando
(fabulosos Cadillacs), el cual ya me había aburrido, el cual ya me lo había
aprendido, me acosté en el sillón, con temor de que sus dueños llegaran por el
y se molestaran al verme ahí, a mis anchas, fue entonces cuando al escuchar la
primera canción, me pregunte “¿Quién es ese señor?”, no entendía nada de lo que
decía, recorrí con mucha atención todo el disco, no entendía nada, llegaron las
5am y yo seguía reproduciendo el disco, intrigada, asombrada, sorprendida, llego
un momento en el que deje de pensar y comencé a escuchar… El sol apenas salía, cuando
termine de escucharlo por segunda vez, por fin, por fin había entendido al de
la voz de lija, me cayó bien desde entonces, por que desde entonces, no había
buscado las voces perfectas en el canto combinado con la música, me decían
desde entonces más, las voces imperfectas y hermosas, que las que trataban de
venderme otros, sin saber su nombre, seguí escuchando el mismo disco, más de
100 veces después, seguro, me enamore de su voz, me enamore de la autentica
música y de las letras que me atormentaban, me hacían llorar, me hacían reír,
me hacían bailar, me hacían crear, me inspiraban a seguir, me hacían escribir
párrafos de disparates…
Sí, si regrese a “La Casa de Mamá”, no tarde mucho en
hacerlo, ni cuenta se dieron… Paso el tiempo, ¿Quién era ese Hombre?, lo amaba
ya, yo lo sentía conocer desde antes,
sin saber su nombre, sin conocer su rostro, una tarde noche, en la casa de no
sé quien, no me acuerdo, estaba conviviendo con mis primos maternos,
precisamente con dos en especifico a los que amo demasiado, Abraham y Jesús,
pusieron en el toca discos un disco, en el cual, sorpresivamente se dio el reencuentro,
era la misma voz de lija, rasposa, pero esta vez, no las mismas canciones, lo
reconocí en seguida, guarde silencio escuchándolo todo, mi corazón hacia “bum,
bum, bum,” parecido al “Run run, run” de las motos, ahora hablaba más del
desamor, de los peces de ciudad, del sexo sin amor, del alcohol, del wisky, del
pasado y la melancolía, de rajas en el alma, de vale madres en la boca, hablaba
lo que sentía, hablaba mucho de la noche, de los vicios, de las magdalenas, las
santas putas, las tormentas, etc… Lo
reconocí y es que, los locos y los borrachos se reconocen enseguida, para ese
entonces, ya bebía, ah, y como bebía … Ya sentía amar, ya tenia sexo y ya hacia
el amor, ya resignada a ser una loca y una borracha, me dirigí a Abraham y le
pregunte su nombre, él dijo: “Coño, Joaquín Sabina”, ya tenia nombre del que me
había enamorado, del que me había olvidado, del que a veces, su voz, se metía
en mis sueños, inconforme, quise ver su rostro, lo encontré, lo googleé… ah!,
que flaco, su mirada, ya era un viejo, ya me ganaba por más de 30, hoy por 40 y
3… pocos, poquitos, es el viejo con la mirada joven, con las historias que me
pillan, que me envuelven, desde entonces hasta hoy, no pretendía besarlo, les
juro que no, yo ya tenia lo que podía darme, sus canciones, sus letras, pero la
vida otra vez pinto otro reencuentro, fue entonces cuando confirme este vigente
y eterno amor, es imperfecto, la curva en su nariz, sus ojeras malvas, su
rostro ya arrugado, flaco, flaco, más flaco que una “Barbie Super Star”… Me ha gustado desde su forro hasta su alma en
cada letra, su voz de lija, el no lo sabe, ya lo sabrá, no soy fan de nadie, mucho menos grupie,
pero, del medio artístico, este ha sido el único hombre que me ha vuelto
completamente loca, a él no me he cansado de escucharlo, ya casi no lo olvido,
me ha llenado por los oídos, por las pupilas, por la piel y por el alma…
En este momentos empieza un año más de su vida, espero sea
larga, larga y amena, si no, si es poco menos de eso, si es lo que no merece,
se muera pronto, Joaquín no es un extraño para mi, Joaquín es parte de mi, de
mi vida y un cómplice de cierta forma, de mis días, de mis noches, de mis
disparates, Joaquín ha marcado más de una vida y entre tantas, la mía, ¡de que
manera!… Más antes que después nos encontraremos de nuevo, a Joaquín como a
Elena, Pedro Miguel, Paco, Argel, Cynthia,Pablo, Pati, Bela, El otro Paco,
Virgilio, Hector, El otro Hector, Alfredo, Epi, Raúl, Eduardo, Luis, Ale, Laura, Fabrizio, Camila, solo por mencionar algunos y no hacer más
larga la lista, hacer tedioso esto, ellos (as) han sido de esos personajes más
importantes de mi vida, que como sentencio Cortazar: “Andábamos sin buscarnos,
sabiendo que andábamos para encontrarnos…” de igual manera, sin buscarlos, los
encontré en mi vida como se encuentran las mejores y las más grandes cosas…
Sorpresivamente, sin plan, sin afán, simplemente regalos, regalos milagrosos
y sorpresivos. ¡Joaquín es un regalo, un
gran regalo grande para mi vida!.
